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Casos de éxito
Nuestro cliente contrató a una empresa para la instalación de una tarima de madera en su piscina. Sin embargo, al poco tiempo, la tarima comenzó a levantarse y deteriorarse debido a la exposición al sol.
En este caso, nuestro cliente, empleado del departamento de marketing de una entidad financiera, había contratado una tarjeta revolving cuyos intereses eran declaradamente usurarios.
Nuestra clienta enfrentaba la ejecución de una sanción administrativa que, según alegamos, ya había prescrito.
Nuestra clienta fue acusada de impedir el paso a los servicios forestales con su motocicleta. Sin embargo, argumentamos que dicha acusación carecía de fundamento y que la motocicleta no obstruía el acceso en ningún momento.
Nuestro cliente fue condenado por un delito de conducción sin permiso con una pena de multa de 12 meses (5 euros diarios). Ante el impago, se le impuso una responsabilidad personal subsidiaria de 6 meses de prisión.
Nuestro cliente, extranjero y de visita temporal en España, fue investigado por un presunto delito de lesiones con arma blanca en una reyerta. Durante el proceso, el Juzgado de Instrucción impuso unas medidas cautelares excesivamente restrictivas..