30/09/2024
Cuando una pareja se enfrenta a una separación o divorcio, no solo se plantean temas como la división de los bienes en común, la custodia de los hijos o las pensiones compensatorias. En los últimos años, el bienestar de las mascotas ha ganado protagonismo en estos procesos. La pregunta que surge cada vez con más frecuencia es: ¿qué sucede con la custodia de las mascotas en caso de separación o divorcio?
Recientes sentencias reafirman la importancia que tuvo la última reforma del Código Civil en relación a la posibilidad de establecer una “custodia compartida” para lograr el bienestar de nuestras mascotas.
El estatus legal de las mascotas en España
Hasta hace relativamente poco, la legislación española trataba a los animales como “bienes muebles”, es decir, simples objetos que pertenecían a una persona o a una pareja.
Tras esta reforma del Código Civil, al pasar a ser consideradas las mascotas como seres vivos dotados de sensibilidad, se hace necesario que, en el supuesto de que una pareja decida divorciarse o separarse, ha de especificarse en el convenio regulador que sucede con la mascota.
¿Cómo se establece la custodia de una mascota?
Para tomar esta decisión de que ocurre con la custodia de la mascota, se debe valorar el interés de todos los miembros que componen la unidad familiar y el bienestar del animal.
La ex pareja puede ponerse de acuerdo sobre la custodia del animal, en caso contrario, será un juez el que tome la decisión. Éste puede denegar la custodia compartida a una de las partes si detecta que existe maltrato animal, ánimo de apropiarse de la mascota con el fin de hacer daño a la otra parte o si existe ánimo de venganza o chantaje.
Las opciones principales de custodia son:
- Custodia compartida: Al igual que ocurre con los hijos, la pareja puede llegar a un acuerdo de custodia compartida para la mascota. En este caso, ambos cónyuges establecerán un calendario para que la mascota pase tiempo con cada uno de ellos, pudiendo dividir los costes asociados a su manutención y cuidado.
- Custodia exclusiva: En otras ocasiones, uno de los miembros de la pareja puede solicitar la custodia exclusiva de la mascota, especialmente si ha sido el principal cuidador durante la relación. Aquí el juez puede determinar que sea uno de los cónyuges quien asuma la tenencia y los cuidados de la mascota, y el otro podrá solicitar un “régimen de visitas”.
- Acuerdos alternativos: En algunos casos, las partes pueden decidir otras formas de convivencia o cuidados, como el intercambio cada cierto tiempo, la visita esporádica o incluso los cuidados compartidos sin que la mascota cambie de residencia.
A la hora de determinar la custodia de una mascota, los jueces suelen tomar en cuenta diversos factores como quién ha sido el cuidador principal de la mascota, si uno de los cónyuges ha asumido el rol principal en el cuidado del animal, tanto emocional como económicamente.
La situación económica y personal de los cónyuges también se toma en consideración ya que al igual que en la custodia de menores, el juez puede analizar las circunstancias individuales de cada cónyuge para determinar si cuentan con los medios y el entorno adecuado para cuidar de la mascota.